En terapia recibo a todo tipo de personas, cada una diferente, con sus virtudes y dificultades. Y al final, todas ellas acaban hablando de aquello con lo que sufren, hablan de su sufrimiento. Podríamos decir que el sufrimiento es normal, e incluso hay mensajes sociales que dicen que es necesario y no es cierto.
Lo primero a tener en cuenta es que sufrimiento y dolor son diferentes. El dolor es inevitable y el sufrimiento no. El dolor es un sentimiento que aparece ante una situación y no es controlable, es decir, no podemos decirnos a nosotrxs mismxs que no queremos sentirlo (igual que con cualquier emoción). Nos puede ser más o menos agradable, pero va a estar ahí. Y según como lo gestionemos, lo viviremos de una manera u otra.
El dolor es inevitable y el sufrimiento es opcional.
Buda Gautama
Mi propia experiencia con el dolor ha sido variada. Antes de mi proceso personal, el contacto con el dolor era poco, lo evitaba, tapaba… no conectaba con esa parte. Y ahora, aunque no siempre es sencillo, puedo vivirlo más e incluso, descansar en él y eso no quiere decir regodearme o hacerlo más grande, simplemente no luchar contra él.
Y entonces, ¿qué es el sufrimiento?
Como decía antes y también la cita, el dolor es inevitable y forma parte de la vida. En la vida, hay situaciones que duelen, por ejemplo una muerte, ruptura de pareja… y la no aceptación del dolor es la que produce el sufrimiento. Es decir, el sufrimiento aparece cuando queremos que algo que está sucediendo o ha sucedido sea diferente, que es lo mismo que decirnos que no queremos sentir lo que estamos sintiendo, que tendríamos que estar de otro modo.
Lo voy a explicar con un ejemplo sencillo que a mi misma me ha pasado más de una vez. Cuando me he sentido triste, en vez de aceptar la emoción que estaba viviendo, lo que he hecho ha sido molestarme por sentirme así y querer cambiarlo o no sentirlo. De esta manera, lo único que hacía era no cuidarme y mantenerme en un esfuerzo por no vivir aquello que me estaba pasando. Este esfuerzo por no sentir la tristeza y aceptarla, me hacia sufrir. Es decir, yo misma me provocaba el sufrimiento.
¿Cuál es la salida saludable?
La salida saludable al sufrimiento es empezar a sentir aquello que nos está pasando. Al vivirlo y darle espacio, se libera y queda espacio para ‘lo siguiente’. Cuando sentimos aquello que nos ocurre, empezamos el proceso de aceptación de la situación. Y al aceptar, el sufrimiento desaparece.
La salida saludable al sufrimiento es empezar a sentir aquello que nos está pasando.
Las situaciones de la vida son variadas, como también nuestras reacciones a ellas. Es natural reaccionar con diferentes intensidades a lo que nos ocurre y cuanto menos nos juzguemos por ello, más llevadero será vivirlo. De igual manera que cuando tenemos ganas de ir al baño, vamos, igual de orgánico y natural es sentir aquello que nos está pasando. La cuestión es ir aprendiendo a gestionar las emociones que sentimos.
Una buena pregunta que puedes hacerte es: ¿quieres dejar de sufrir? y si la respuesta es afirmativa, ¿te atreves a sentir? Estaré encantada de que compartas tus respuestas en comentarios.