La Terapia Gestalt cambia el ‘¿por qué?’ por el ‘¿para qué?’. Es una forma de evitar el bucle en el que puedo entrar si quiero conocer una respuesta o causalidad que quizás no existe como tal. Y otro buen motivo de este cambio de pregunta (y que a mí me gusta especialmente), es conocer la funcionalidad de mis pensamientos, emociones y actos, ya que todos ellos me sirven para algo, aunque a veces no me gusten.
Cuando empecé en mi vida a cambiar el ‘por qué’ por el ‘para qué’, empecé a darme cuenta de lo que me iba ocurriendo y poco a poco me fui conociendo (y sigo). Y de esta forma, tomando consciencia y responsabilidad sobre mí. Aún sigo haciéndome la pregunta, sobre todo cuando me pongo cabezona con algún aspecto de mi personalidad que no me agrada demasiado…y al reconocer la función que tiene en mí y lo que me aporta, empiezo a relajarme y a darle lugar a lo que me está pasando, en vez de enfadarme conmigo. Pues, aunque no me guste de algo me sirve o me sirvió, y el reconocerlo es el primer paso para cambiar algo, si esa es mi intención. Y sino, simplemente para relajarme y ser más compasiva conmigo.
Te invito a que si te das cuenta, cuando te preguntes ‘¿por qué hago/siento/pienso…?’ lo cambies por un ‘para qué’. ¡Seguro que aprendes algo de ti!
Si te apetece, comparte tu experiencia, estaré encantada de leerte.